Meses después, tras debutar y disputar once partidos en el primer equipo austríaco con tan solo 17 años, Horvath se volvería a cruzar en mi camino. Esta vez sería en el Europeo Sub-19 de 2014, volviendo a dejar muestras de su gran talento, a pesar de ser el futbolista más joven del torneo y de aquella selección que sucumbiría ante el poderío alemán en semifinales.
Tras una temporada donde no ha podido contar con las oportunidades que disfrutó en 2014, Horvath ha decidido dejar el Austria de Viena por el Sturm Graz. Su puesta de gala en su nuevo club fue ideal, marcando dos goles en la victoria de su equipo por 5-2 ante el NK Maribor en uno de los primeros partidos de la pretemporada. En el club de Graz se espera que pueda disfrutar de los minutos suficientes para dar el salto definitivo al fútbol profesional. Pretende hacerlo irrumpiendo y brillando en la primera división austríaca como ha hecho en los torneos juveniles estos últimos años. El último ejemplo, su campeonato Sub-19 de este mismo verano. Volviendo a ser una de las estrellas pese a la irregularidad de su selección. Horvath ha sido uno de los futbolistas más destacados del torneo dejando actuaciones realmente destacables ante Francia y Grecia en la fase de grupos, demostrando una vez más, otra vez más, el potencial que llamó mi atención en aquel encuentro de la Champions juvenil.
Horvath es un especialista buscando y apareciendo en los espacios que quedan libres. Con su físico liviano se mueve entre líneas pasando desapercibido ante los defensores rivales hasta que contacta con el balón y enciende el ataque de su equipo. Por contrapartida, su físico endeble -mide 1,65 metros- le penaliza en las disputas con futbolistas potentes físicamente; a pesar de ello, sabe resguardar el balón y girar sobre si mismo con gran facilidad para deshacerse de su marcador. Por otro lado, una de sus mayores virtudes es la capacidad de rendir tanto en ataques posicionales moviéndose entre líneas, como en en contraataques rápidos que sutilmente suele lanzar él mismo con una de sus elegantes conducciones. Siempre el esférico pegado. A todo lo anterior es justo sumar su buena visión de juego para realizar el último pase. Un futbolista de grandes recursos y prestaciones en ataque que, sin embargo, suele desaparecer y desconectar a menudo en labores defensivas. Otro ámbito en el que todavía puede mejorar es en la toma de decisiones, a veces conduce en exceso para terminar perdiendo el balón, si bien es cierto que tiende elegir bien el momento y el pase, en ocasiones peca en demasía de individualidad. Sascha es joven, crecerá y nos seguirá enamorando.
El futbolista del Sturm Graz es un un jugador especial, capaz de decidir un partido a favor de su equipo con alguno de sus golpes de genio. Inquieto sin balón, imparable y elegante con el cuero. Sascha Horvath, a falta de crecer en el fútbol profesional, es de esos tipos de futbolistas que obligan a ver un partido por el único motivo de tenerle a él sobre el césped. Por los que no cuesta pagar una entrada, y eso lo supe desde la primera tarde que topé con él.
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