La varita de Mancini

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El proceso de remodelación que sufrió el Inter tras coronarse rey de Europa fue traumático.  El vacío que dejó José Mourinho en el club en el verano del 2010 resultó demasiado grande en el ámbito deportivo, institucional y anímico. Tras el paso de varios entrenadores y un gran número de futbolistas que no dieron la talla para un club como el neroazzurri, parece que la dirección deportiva ha dado un buen golpe sobre la mesa. Nombres como Jaison Murillo, Miranda, Montoya o Kondogbia llegan a Italia para reforzar la plantilla y arrastrar al equipo a donde se merece: la Champions League.

Para un equipo que opta a la máxima competición europea, es necesario un jugador mágico que marque diferencias por pura calidad. Stevan Jovetic llega para inclinar la balanza y añadir el plus de riqueza técnica que le falta al equipo de Mancini. Su varita.

Criado en el Partizán de Belgrado, una de las mejores canteras de Europa del Este, su salto a un equipo con mayores aspiraciones no tardó en fraguarse. La Fiorentina observó al joven de media melena y se lo llevó a jugar al Artemio Franchi en el mercado estival de 2008. Su carrera fue en ascenso como la espuma, hasta que la llegada de Vincenzo Montella le permitió dar el campanazo definitivo. L’Aeroplanino selló pronto sus principios de juego, dándole identidad y confianza a los jugadores y al proyecto. El equipo viola demostró ser el mayor romántico de la posesión dentro del campeonato italiano. El pase corto y las sociedades en zonas reducidas eran algunas de las directrices de su fútbol.

En la temporada 2012-2013, Montella partió del 3-5-2 y del 4-3-3 para comenzar a trazar su plan. En ambos dibujos, Jovetic ocupó la delantera. En el primero, su compañero en la punta de lanza fue Luca Toni. El gigantón italiano es un ‘9’ a la vieja usanza y un gran complemento para los intereses del montenegrino. Mientras Toni se adentraba entre los centrales y los sujetaba, Jovetic flotababa por toda la segunda línea. Su quhacer como segundo punta o en línea de tres cuartos es su mayor aval. Se muestra siempre como una opción de pase para generar juego por detrás de la delantera. Su dominio de los espacios cortos es magnífico. Sabe retener la pelota bajo presión y sus asociaciones son fructíferas. Da continuidad a los laterales, realiza paredes cerca de la frontal y su último pase tiene calidad. Además de eso, su chut de media distancia asegura goles. Tanto como con su pierna derecha como con la menos buena, su disparo seco y colocado es difícil de atajar.

El trabajo de Luca Toni como delantero centro benefició al mejor Jovetic

A la hora de ubicarse en punta bajo el 4-3-3, su fútbol no mermó. El estilo de juego que planteaba Montella rompía el estereotipo de la liga italiana, tratando de llevar el peso del partido mediante el pase corto. Bajo esta directriz, demostró ser un mediapunta o segundo delantero brillante. El balón al pie y rara vez al espacio. A partir de ahí, generaba superioridades por dentro y lanzaba a Ljajic, que rellenaba con diagonales el espacio que desocupaba Jovetic. La magnífica temporada de Stevan no pasó desapercibida para los grandes de Europa y fue el Manchester City quien se hizo con sus servicios en el verano de 2013.


Su paso por Inglaterra no fue el esperado para un jugador de su talla. Uno de los principales hándicaps en la carrera del montenegrino es su calvario con las lesiones, algo que le afectó de lleno en Manchester. En principio, su estilo de juego casaba bien con la idea de Manuel Pellegrini, un partidario del balón y del fútbol asociativo en la zona de la mediapunta. Tirado a la izquierda, su sociedad con Silva parecía ser muy estimulante. Dos jugadores que podían compartir idioma, el del balón, y darle un buen sustento ofensivo al City a la hora de fabricar tantos.

No obstante, sus continuos problemas físicos perjudicaron sus apariciones y apenas pudo participar activamente en fechas importantes. Dos temporadas teñidas de oscuro en un equipo que pelea por títulos importantes cada año. Aunque su resurgimiento es una incógnita, el Inter confía en él para acceder de nuevo a la zona alta de la Serie A.

Las dudas sobre su futuro con Mancini

Los antecedentes de Jovetic en los últimos años en cuanto a nivel y estado físico no avalan su regreso a Italia. No obstante, si vuelve a verse el rendimiento que mostró en Florencia, será un activo importante en la plantilla neroazzurri. Roberto Mancini está apostando por el 4-3-1-2 en la pretemporada y parece que será su esquema base para la sesión que se avecina. A falta de ubicar de forma definitiva algunas piezas (veremos la posición definitiva de Kovacic y la reincorporación de Medel), el uso del montenegrino como mediapunta en detrimento de Hernanes podría ser un movimiento ganador para el estilo de juego de los de Milán.

El brasileño es un jugador de calidad, pero que denota irregularidad desde su estancia en la Lazio. Además, es un futbolista con menos riqueza en sus movimientos sin balón. Ahí, el montenegrino gana enteros. Sabe caer a las bandas, acechar la espalda de mediocentros y hacer daño entre líneas. Unas cualidades que suman control y calidad a los circuitos asociativos del equipo. Además, no olvidemos de que su compenetración con un nueve es siempre fructífera. Acompañar a Icardi en la delantera es también una opción que Mancini debe barajar. La llegada de Jovetic suma un gran último pase y eso casa muy bien con el juego del argentino, un punta que se mueve al borde del fuera de juego y cuya velocidad al espacio es uno de los puntos fuertes de su juego.

En definitiva, un amplio abanico de posibilidades para que el Inter sepa moverse en los distintos escenarios que planteen los rivales. Por el bien del fútbol, Stevan debe volver. En su máxima expresión, divierte y rinde. La varita que necesitaba Mancini. La magia del nuevo Inter. Un aliciente necesario para el club. Y también para la liga italiana.

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