En el año 1974, un 9 de Noviembre, nacía en Treviso, Italia,
uno de los jugadores más notables en la historia del fútbol azurro. Alessandro
Del Piero, ese grandísimo futbolista que tras desarrollar toda su carrera en su
país natal, desde que tan sólo tenía apenas 16 primaveras, deja el Calcio, su
liga por excelencia. Cantidad de ligas exóticas se pelearon por
contar con él. Pese a sonar ruidosamente para la MLS americana, parece que las antípodas le han 'conquistado', los rumores sobre el fichaje por el Sidney FC, de la liga Australiana, finalmente son un hecho. Liverpool o el Sion suizo llamaron sin respuesta a su puerta. Nueva aventura donde sin duda, el ex capitán
Juventino nos deleitará.
Para el delantero, fue clave en su trayectoria su hermano
mayor, Stefano, el actual representante de Áless, ex futbolista que las lesiones
no respetaron. Tal vez por eso, luchó para convertir al pequeño de la familia
en lo que actualmente es, un mito de este deporte y una referencia en el
balonpie italiano.
El Calcio Padova es el club que puede presumir de dar la
posibilidad a Del Piero de demostrar lo que valía, en el año 1992 fue adquirido
por los patavinos, y cómo decíamos en líneas anteriores, a la edad de 16, Marco
Sandreani le hizo debutar en Serie B.
La Juventus de Turín no tardó en ver el talento deslumbrante
que radiaba el futbolista, en el verano de 1993 Giampiero Boniperti hacía
posible el sueño de Alex, el club adorado por el jugador desde niño llamaba a
su puerta, el delantero no lo dudó. Ese era su sitio, allí debía triunfar, allí
pasaría a la historia de la Vecchia Signora.
Saltó al campo sustituyendo a Ravanelli un 12 de septiembre
con veinte minutos por delante. Tres días más tarde, Europa, la antigua Copa de
la UEFA, le daba la bienvenida, una semana después cuando apenas llevaba un
minuto en el terreno de juego, Del Piero anotó el primero de sus muchos goles para
los bianconeros.
Marcelo Lippi asumió la temporada siguiente las riendas de los
de Turín y con una clara intención, un nombre por encima del resto, confianza
absoluta, Alejandro Del Piero. Junto a él, grandes delanteros, buena
competencia, Roberto Baggio, Vialli y Fabrizio Ravanelli eran palabras mayores.
El futuro diez, no defraudó a su míster, al término de la temporada era
indiscutible, un fijo, los resultados inmejorables, liga y copa para sus
vitrinas, allí comenzó a engrandar su palmarés.
En 1996, un Del Piero con 20 años, guiaba a su conjunto a
lograr el mayor título continental de clubes, la Champions League, dónde
deslumbró, fue nombrado mejor futbolista y anotó seis tantos en once
encuentros. Tras ella, la Supercopa y la Intercontinental, de nuevo un nombre
propio, el del 10, Alessandro Del Piero.
Con Ancelotti en el banco y una maltrecha rodilla izquierda,
el capitán bianconero pasó uno de los peores momentos de su carrera, muchos
meses en el dique seco y no era el mismo, no disfrutaba y su club lo notó. La
vuelta del hombre que le dio los galones, Marcelo Lippi, fue un golpe de moral
tanto para el club como para la estrella italiana, de nuevo volvían a la
grandeza futbolística con Aless a la cabeza, asi, en 2003, el 18 de diciembre,
un tanto al Siena le hacía entrar en la historia, 150 goles con la camiseta bianconera,
de nuevo repetirlo, mito.
Los peores momentos en la carrera del futbolista, lesión
anterior a parte, llegaron de la mano de Fabio Capello como entrenador de los
de Turín. La confianza en Aless no era total, y un joven Zlatan Ibrahimovic
copaba las portadas y la confianza del técnico. Su puesto en la selección
azzurra, indiscutida todos los años anteriores, era puesto en duda, la prensa
apretaba y a punto estuvo de quedarse sin la participación en el Mundial de
2006 en Alemania, finalmente, las presiones no fueron suficientes y participó
en este importante evento. Durante esos mismos años, en los que Del Piero no
era pieza fundamental, el delantero anotó su gol 183, superando a Boniperti y
convirtiéndose así, en el máximo anotador de la historia del club.
Otro de los momentos que pasarán a la historia de su enorme
carrera fue el escándalo de manipulación de apuestas, de partidos, el club de
su vida fue condenado perdiendo el título liguero logrado y descendiendo a la
Serie B. Como no, Aless, entre otros, no se bajó del barco, no dejó colgado al
escudo de toda su vida. Jugó en la segunda italiana y consiguió la vuelta a la
élite.
Su último encuentro con la camiseta que le vio triunfar los
disputó frente al Atalanta, anotó su último gol, el número 290 de su carrera y
cuando en el minuto 57, Conte decidió sustituirlo, futbolistas de ambos
conjuntos, aficionados en el estadio, aficionados al fútbol, desde su casa, en
Delle Alpi, daba igual, todos unidos, un mito, un jugón, un histórico y una
aclamación unánime. El Calcio despedía a una figura de su país, del fútbol
italiano, de la selección y de la historia viva de este deporte.
Todo un campeón, un goleador y un jugador ejemplar; Champions
League, Serie A, Serie B, Copa, Supercopas, Intercontinental, Mundial, Europeo
Sub21, Fifa Wrold Player, Golden Foot, Mérito a la órden deportiva… ¿completo
no? Todo es poco para el hombre que tanto nos hizo disfrutar, desde aquí,
gracias Aless, gracias Del Piero, gracias capitán, no duden, le seguiremos allá
por dónde juegues.
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